07/09/2014 A continación podéis leer el Artículo publicado en el Diario Información de Alicante por el periodista Antonio Sempere titulado – EL SONIDO «VILLENA»- , que menciona a Gaspar Angel Tortosa y alguna de sus composiciones.

La música es el gran ingrediente festero. La música festera es el santo y seña de una población. En este sentido, podemos afirmar que unas fiestas alcanzan su mayoría de edad cuando sus componentes se identifican con una música propia. A veces la foránea se vive como tal. Y emociona, y conecta con las esencias como si fuese particularísima. Pero sólo cuando hay partituras propias, y éstas son asimiladas por los protagonistas, podemos hablar de que una fiesta es plena, de una madurez absoluta. 

En los últimos años, afortunadamente, la música festera villenense ha dado pasos de gigante. Posicionándose. Regalando auténticos «hits». Al camino trazado por Manuel Carrascosa y Antonio Ferriz se han sumado autores tan relevantes como Gaspar Ángel Tortosa Urrea. Lo logrado por este compositor en el caso de los pasodobles dedicados a las comparsas de Labradores y Andaluces el rango de clásicos. No es nada fácil emularles. Pensemos en la cantidad de nuevo repertorio que se estrena en los numerosos concursos de música festera convocados al efecto, pero que no perduran porque no conectan. Aunque sus virtudes musicales sean notables. Ellos son poseedores del sonido Villena. Ese es su privilegio.con motivo del 75 aniversario puede calificarse como proeza. En muy poco tiempo han calado en el ADN de festeros y villenenses como si siempre hubiesen permanecido ahí.

Parece increíble que en menos de una década ambas composiciones hayan alcanzado tal grado de identificación con la tierra que las vio nacer. El mérito, claro está, es del músico, que fue capaz de captar las esencias, y de desplegar esas armonías que irían como anillo al dedo a un modo muy concreto de desfilar.

Por otro lado, también son de destacar las fuertes apuestas de Antonio Milán, Francis J. y por Paco Baenas, cuyas pegadizas aportaciones lograrán pronto el rango de clásicos. No es nada fácil emularles. Pensemos en la cantidad de nuevo repertorio que se estrena en los numerosos concursos de música festera convocados al efecto, pero que no perduran porque no conectan. Aunque sus virtudes musicales sean notables. Ellos son poseedores del sonido Villena. Ese es su privilegio.